...DE OBRAS DE ARTE

 

LA PÁGINA WEB DE PEDRO BALIÑA

 

 

IMÁGENES  I

 

 

 

 CUIDADOSA RECONSTRUCCIÓN DE ÉPOCA EN EL CAMPO:

UNA CASA DE 1912 CON TODO EL CONFORT ACTUAL 

   Y CON SU GRACIA DE UN SIGLO INTACTA    

 

EL ANTES...

    

 

¡Y EL DESPUÉS!

   

 

Una típica casa de campo construida en 1912, con la clásica planta rectangular cerrada rodeando a un patio central, que luego termina techándose y siendo un ambiente más. Los cuatro dormitorios dan sobre ese ambiente. La impronta post-colonial tiene una influencia marcadamente italianizante. La entrada principal, al frente, sobre la galería de 200 metros cuadrados de vereda de cerámica colorada, elevada algo más de 30 centímetros por encima del nivel del pasto. Alero de chapas de zinc, con cenefa decorativa fabricada en los E.E.U.U. todo alrededor. Los jazmines azóricos y del país abrazan la casa y rompen la rigidez de las columnas que sostienen el alero, acompañando con su olor omnipresente la paz de puestas de sol memorables.

 

 

Se podría decir que el comedor tiene un lugar de fuego, que invita al diálogo en torno a sí, o bien que este living tiene una sector donde comer cómodamente. La chimenea es inglesa, de pizarra, pintada a fuego como falso mármol. Combinó casi exactamente con los colores del lindísimo papel y con los tapizados de los sillones, preexistentes, por pura casualidad, no porque se lo haya buscado. 


 

El papel, es un clásico diseño con magnolias que van del rosa viejo al bordeaux sobre un impactante fondo negro. A su vez, las magnolias combinan con hojas de varios tonos de verdes cálidos y unas enredaderas amarronadas que trepan entre ellas. Este papel, que parece pintado a mano, está hecho con gran calidad por la legendaria firma Sanderson. Este tipo de diseño disimula mucho los defectos de paredes muy viejas. 


 

La zona para comer de este living esta definida por la mesa con seis sillas, la lámpara inglesa como las de las mesas de billar y grabados franceses con animales de caza. La puerta ciega, también empapelada y con zócalo blanco aplicado como las paredes, comunica con la cocina. A través de ella, se ve la bodega.


 

En el dormitorio principal, como en el comedor, la chimenea no existía y se agregó. En este caso, se lo hizo mochando el ángulo que había disponible entre las dos ventanas. El motivo de la reja se repite exactamente igual en todas las ventanas. Los pisos de pino Thea fueron restaurados, pulidos y plastificados. En este cuarto, la moldura perimetral blanca delimita el empapelado por arriba y lo separa del sobretono color melón de pared y cielorraso. 


 

Se ve aquí la otra mitad del dormitorio principal. Una vieja araña de Murano con tonos verdosos y anaranjados, conseguida revolviendo entre cosas en desuso. Cama antigua de bronce, par de mesas de luz de época, un pequeño escritorio donde poder escribir unas líneas, un sillón y una lámpara para poder leer junto al fuego y una vieja manta de zorro como alfombra.


 

El cuarto de huéspedes, como casi todos los ambientes de la casa, tiene gran tamaño y cielorrasos muy altos. Una bonita araña Art Nouveau de tres luces se complementa con las lámparas de la mesa de luz y de un viejo mueble-panera provenzal para dar la iluminación general. Las dos camas de hierro de plaza y media caben por lo tanto cómodamente. El género de las cortinas, se repite en las colchas y almohadones. La suite de huéspedes se completa con un cómodo baño hecho poniendo especial cuidado en los detalles como para no desentonar con la época de la casa.


 

Al cuarto de las chicas, se le rebanaron unos pocos metros como para poder hacer el baño que comparte con el cuarto de huéspedes. En las dos pequeñas camas de hierro, cuatro tiras de género de igual diseño que el de las colchas bajan desde sus baldaquinos, realzando la femineidad del ambiente y sumándole una cuota extra de gracia y calidez. La lámpara que pende del techo, que remata en largos flecos de seda blancos, está inspirada en las que se ven el escenario del Teatro Colón de Buenos Aires durante los conciertos sinfónicos.


 

La cómoda cocina está conformada por una serie de nichos, unos con tapas y otros sin, y destinados a las distintas funciones y aparatos. El mueble antiguo que está sobre la derecha sirve para guardar de todo y también como mesada. En la mesa central se amasa y se arman las presentaciones de las fuentes que van a la mesa. La cerámica del piso es italiana, la lisa del nicho del fondo también y la guarda en relieve con animales mitológicos, es inglesa.

  

Libro Para Ti Decoración III - noviembre de 1982

Fotos: Oscar Burriel

   

 

 

MUSEO DEL REGIMIENTO DE GRANADEROS A CABALLO

 "GENERAL SAN MARTÍN"

 

Escolta Presidencial

  Buenos Aires 

                

 

 

Nota Revista D&D Nro. 41

Fotos: Julie Bergadá

 

En el Salón de los Grandes Símbolos, a la entrada del edificio de estilo Secesión Vienesa en el que tiene su sede la Jefatura del Regimiento, se hallan, entre otras cosas, este bronce titulado Leal Amigo, el templete blindado que guarda y preserva al sable corvo del Libertador y unos importantes planteros de bronce de una afamada fundición francesa.


 

En esta imagen de la sala principal del Museo, pueden verse el busto del General San Martín, esculpido en mármol blanco por Duilio Mositoni; una vitrina hecha en Inglaterra en el siglo XIX, conteniendo documentos históricos, dos morriones y elementos varios ligados con la gesta libertadora americana; el escritorio que perteneció al General Julio A. Roca; los retratos de diferentes personajes ligados a las campañas sanmartinianas; el gran cuadro de Franz van Riel con San Martín dirigiendo a sus tropas en el cruce de los Andes; cofres con tierras de los distintos campos de batalla de la gesta emancipadora y banderas de países liberados por los Granaderos a Caballo liderados por el creador del Regimiento. Las arañas de bronce fundido y cincelado son Art Nouveau y la alfombra, de grandes dimensiones, es persa y antigua.


 

En primer plano, otro busto de José de San Martín: en este caso se trata del bronce fundido en base al que hiciera el escultor Massa. El Libertador está representado con uniforme militar, con su banda de General y con la condecoración que se le concediera por el triunfo en la Batalla de Chacabuco. A través de la arcada, se ve la pequeña sala del Museo en la que está el diorama del Combate de San Lorenzo, donde, mediante secuencias lumínicas, se les va explicando muy gráfica y didácticamente a los cuarenta y tantos mil estudiantes que visitan el Museo por año, el desarrollo que tuvo la Batalla, primer jalón de la gesta emancipadora sanmartiniana. Completan la sala banderas históricas de diferentes procedencias. 
 

 

El rosario del General San Martín, obsequiado por el Libertador a Manuel de Olazábal, según quien es un "Rosario de madera del Monte de los Olivos perteneciente al General San Martín, a quien se lo regalara la Hermana de Caridad que cuidara de él después de la Batalla de Baylén contra Bonaparte, en 1808, donde fue ligeramente herido; San Martín lo usó siempre y hasta en ocasiones se lo vi suspendido del cuello debajo de la casaca y a manera de escapulario. El día 15 de mayo de 1820 me presenté a la revista de Rancagua a pesar de hallarme todavía enfermo a consecuencia de las heridas recibidas. El General me abrazó y me entregó su rosario para que me diera buena suerte. Desde entonces lo usé yo también siempre al cuello. La cruz y cuentas que le faltan, las perdí durante la batalla del Médano, el 31 de agosto de 1821 y los demás deterioros se han hecho durante el resto de mis campañas. La J y la M que se ven en el corazón, coincidían con el nombre de la Hermana que se lo regalara a San Martín y que se llamaba Julia María.Buenos Ayres, julio de 1871 - Manuel de Olazábal - Para mi querida Laureanita, cuando yo muera."


 

Foja de servicios del Libertador en el ejército español hasta 1804. San Martín era Capitán Segundo del Batallón de Infantería Ligera "Voluntarios de Campo Mayor". Se enumeran en ella el tiempo de sus servicios en cada grado y las circunstancias más salientes de su carrera. Está contenida en un artesanal marco de plata cincelada y esmaltada, con los escudos de la República Argentina y del Reino de España, donante de este importante documento.


 

Una vista del Jardín Histórico del Regimiento, situado frente al edificio sede de la Jefatura y a la plaza de armas y entre dos grupos de edificios de los diferentes escuadrones. Sirve como vía de comunicación con la zona de las caballerizas, donde se cuidan los 480 caballos de la Fanfarria Alto Perú y de todos los escuadrones.


 

El monumental retrato del Libertador montado, pintado por George Scott en 1909, preside la segunda en importancia de las salas del Museo, donde se puede seguir la evolución del morrión y del uniforme de Granaderos desde su creación, en 1812. Este gigantesco óleo sobre tela mide nada menos que 4,47 x 3,48 m. Se lo ve al Libertador con su uniforme de Coronel Mayor de Granaderos, con la banda que usó después de la Batalla de Maipú, ya que entonces desempeñaba el cargo de General en Jefe del Ejército de los Andes, pero reteniendo su grado de Coronel Mayor. La alfombra persa antigua completa la sala apropiadamente, otorgándole calidad y calidez.


 

Uno de los relieves en bronce de un antiguo monumento que puede verse en la Plaza de Armas y el Jardín Histórico del Regimiento. En él se puede ver la evocación del Cruce de los Andes y el Libertador, en la escena, está desmontado, viendo y supervisando cómo avanzan sus tropas.


 

En la segunda en importancia de las salas del Museo, pueden verse, además del monumental retrato del Libertador hecho por George Scott, la evolución sufrida por el uniforme y por el morrión de los Granaderos a Caballo desde la creación del Regimiento hasta nuestros días. En un principio, se inspiró en uniformes suecos. Hay también retratos de personajes ligados a las campañas sanmartinianas.

   

 

 

Nota y fotos: Revista First

 

 

 

El interesante edificio estilo Secesión Vienesa que es sede de la Jefatura del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín", tal como se lo ve desde la Avenida Luis María Campos. Fue construido con técnicas constructivas innovadoras para la época durante la presidencia del Dr. José Figueroa Alcorta, que fue quien designó al Regimiento de Granaderos como Escolta Presidencial. Fue declarado Monumento Histórico Nacional durante la presidencia de Carlos S. Menem.


 

El sable corvo del Libertador está guardado en custodia dentro de un temple blindado, construido especialmente, en el Salón de los Grandes Símbolos Sanmartinianos, a la entrada del edificio de la Jefatura del Regimiento.


 

La sala principal del Museo, con el escritorio del Presidente Julio Argentino Roca y el libro de firmas de visitantes ilustres en primer plano. Más atrás se ven los retratos de muchos personajes ligados a la gesta emancipadora americana liderada por el General San Martín; el gran óleo de Franz van Riel sobre el cruce de los Andes por San Martín y sus huestes; vitrinas con documentos históricos, medallas y condecoraciones, objetos significativos, etc.; el busto del Libertador esculpido por Duilio Mositoni; sobre el dressoir negro, cofres con las tierras de los numerosos campos de batalla en los que dejó su impronta José de San Martín; banderas de países amigos y la foja de servicios del Libertador durante su estada en España. Las arañas de bronce, son de estilo Art Nouveau y simulan canastas con lirios que rematan en cada tulipa y su correspondiente lámpara.  


 

El enorme cuadro pintado por Scott en 1909, con la épica imagen del Libertador montado en un campo de batalla impone respeto. Sobre la izquierda, retratos de personalidades ligadas a la historia de las campañas sanmartinianas y a la del Regimiento de Granaderos a Caballo. En la vitrina se ven antiguos uniformes y morriones que permiten seguir los cambios habidos en sus diseños durante el transcurso de nuestra historia. 


 

El Reino de España donó a la República Argentina la foja de servicios de José de San Martín, cuando revistaba entre los Voluntarios de Campo Mayor, dentro del Batallón de Infantería Ligera. Como parte de él, luchó contra Napoleón Bonaparte y sus tropas. El marco de plata cincelada remata en los escudos, hechos con esmalte, del país donante y del nuestro. 


 

Una instantánea del momento del corte de la cinta con los colores patrios, durante la ceremonia de reinaguración del Museo del Regimiento de Granaderos a Caballo "General San Martín". Se ve en ella al Comandante en Jefe y al Segundo Jefe del Ejército, al Jefe del Regimiento y al Presidente de la Asociación de Amigos del Museo y Biblioteca del Regimiento.


 

 

CUADROS y TAPICERíA

ESCALERA PRINCIPAL DEL JOCKEY CLUB,

EN SU SEDE SOCIAL DE LA AVENIDA ALVEAR 1345,

BUENOS AIRES

 

 

El frente del Palacio Unzué de Casares, en la Avenida Alvear 1345, Buenos Aires, que fue construído en 1905 por el Ing. Arq. Juan Antonio Buschiazzo - Italia, 1845/ Buenos Aires, 1945 - y remodelado y adaptado por el estudio de los Arquitectos Acevedo, Becú y Moreno durante la década de 1960. Es actualmente la sede social del Jockey Club. Se desarrollan en ella un sinfín de actividades sociales, culturales y deportivas.


 

El gigantesco cuadro del pintor español Salvador Sánchez Barbudo, 1857-1917,  fue donado al Jockey Club por D. Carlos Madariaga Anchorena. Debido a sus enormes dimensiones, cuando se lo quiso limpiar y restaurar,  tuvo que hacerse ahí mismo y fue necesario armar un gran andamio compensando los desniveles de la escalera para que se pudiera trabajar con la comodidad indispensable para llevar a cabo las delicadas tareas de restauración.


 

El cuadro de Sánchez Barbudo, fue iluminado con potentes lámparas halógenas AR 111 desde spots especiales, que se instalaron en la claraboya que permite la entrada de luz natural en horas diurnas. Se reemplazaron paños de vidrio de la claraboya por chapas de metal caladas  a propósito, como para permitir que se embutiesen los spots. Los appliques de los costados aportan iluminación general al ambiente pero no de acentuación como la que le hacía falta al enorme cuadro al óleo. 


 

Para iluminar la gran tapicería que cuelga de la pared, sobre el último tramo del recorrido de la escalera, se usaron artefactos instalados estratégicamente, tomándolos y alimentándolos desde los ornatos de la parte de hierro de la baranda de la escalera. Abajo, en el nivel de la planta baja,  está iluminado, el cuadro del pintor  francés François Flameng, 1856-1923, en el que se ve a Napoleón Bonaparte al frente de sus tropas durante la invasión a Rusia.


 

En esta foto, se ve la tapicería que cuelga en el vacío, sobre el tercio inferior de la escalera. Se la puede ver iluminada por los artefactos que se ven en la foto anterior, tomados de la parte de hierro de la baranda de la escalera. Desde los artefactos que se ven en esta foto, tomados de la baranda de la escalera, justo en el ángulo que conforma con la pared, arriba a la derecha de la tapicería, se ilumina el cuadro de François Flameng que cuela febajo del tercio superior de la escalera, en la planta baja. Los haces de luz se entrecruzan y llegan con las intensidades y tamaños necesarios a las zonas que deben iluminar a través de la distancia.


 

El cuadro con la imagen de Napoleón y sus huestes en Rusia, visto desde el tramo del tercio inferior de la escalera, iluminado como por arte de magia con los haces que cruzan el vacío desde el ángulo superior derecho de la tapicería.



También en el nivel de la planta baja y colgando del paño de pared que coincide con el tercio medio de la escalera, está este retrato del Arquitecto Roberto Vásquez Mansilla hecho por el pintor argentino Juan Lascano. Vásquez Mansilla fue Presidente del Jockey Club desde 1975 a 1990. El retrato queda enmarcado por los dos paños de pared de los cuales penden el cuadro de François Flameng y la antigua tapicería, debajo del tercio superior y del inferior de la escalera, respectivamente. La escalera lleva al segundo piso, y termina justo donde está la entrada principal a la Biblioteca.

 

 

 

 

CONSEGUIR QUE EL ARTE LUZCA

AL MÁXIMO DE SUS POSIBILIDADES VISUALES

 

 

 

PRINCIPIUM Galería de Arte, Buenos Aires. 

 

 

 

 

REFORMA, DECORACIÓN E ILUMINACIÓN DEL

  DEPARTAMENTO DEL 1er. PISO DE ESTA

MUY BUENA CASA FRANCESA DE LA RECOLETA

 

 

 

Se reformó, decoró e iluminó el departamento del 1er. piso de esta muy buena y sólida casa francesa de sólo tres pisos, en pleno barrio de la Recoleta. Se modernizó toda la parte de servicio y se aggiornó su iluminación, dotándolo al departamento de varios de los modernos elementos que pone a nuestra disposición la tecnología luminotécnica actual. El terreno tiene una forma muy curiosa: la recepción da sobre la calle Uruguay al 1300 y los dormitorios sobre Guido al 1500.

 

 

 

   

SALA DE LECTURA DE LA BIBLIOTECA DEL JOCKEY CLUB,

SEDE SOCIAL DE LA AVENIDA ALVEAR 1345,

BUENOS AIRES

 

 

 

El magnífico busto de Carlos Pellegrini, hecho en mármol blanco por el escultor francés Coutan, parece controlar el salón de lectura que lleva su nombre.


 

Es ésta la única obra para la cual posó Pellegrini y su autor hizo también el monumento que lo recuerda en la plazoleta que está justo frente a la sede del Club y que fuera costeado por el pueblo de la Nación.  Amén de Presidente de la República Argentina, Carlos Pellegrini fue el principal impulsor de la creación del Jockey Club y su primer Presidente.

 

 

La iluminación, halógena y regulada, baja desde modernos artefactos embutidos en el cielorraso.

Los artefactos perimetrales, se instalaron para poner en valor los colores y calidades de las lindas encuadernaciones de los libros de los estantes.


 

Cada socio que lee sentado alrededor de la gran mesa de lectura, puede regular individualmente la luz que le baja desde el cielorraso según sus propias necesidades lumínicas mediante un control ubicado bajo la tapa de la mesa. Esos controles, por ondas de radio activan reguladores embutidos en el cielorraso junto a cada artefacto, que a su vez suben o bajan individualmente la intensidad de la iluminación sobre cada uno de los diez puestos de lectura.


 

En las vitrinas de los costados del busto de Carlos Pellegrini, se hacen exposiciones temporarias temáticas de libros singulares, documentos históricos, incunables, grabados, etc.


 

Se les puso a las vitrinas de exposiciones temporarias una iluminación cálida, dada con tubos de origen alemán, que generan poca temperatura, con muy bajo consumo y larguísima vida útil promedio, por lo que no dañan el valioso material expuesto y se reducen drásticamente también los riesgos de incendios.


 

"La suya fue una tarea compleja y a la vez completa. Una excelente muestra de profesionalidad y buen gusto, sin dejar de mencionar el gran impacto visual logrado gracias a su inteligente planificación integral. Los resultados están a la vista, porque aún hoy, su labor sigue “iluminando” la tradicional Sala de Lectura de la Biblioteca del Jockey Club."

Roberto D. Müller
Director de la Biblioteca del Jockey Club,
Buenos Aires.

 

 

     

ECLÉCTICAS HUELLAS DE ANCESTROS GERMANOS

EN UN

DEPARTAMENTO FRANCÉS AGGIORNADO EN RETIRO

   

 

 

El palier principal tenía ya esa caja de vidrio conteniendo la panoplia con importantes herrajes de arneses de hierro bronceado y bañados en oro 27 K, hechos en el siglo XIX por la famosa Maison S. Poursin de Paris, fundada en 1830. Se los restauró y puso en valor. Se le cambió la calidad y color del género a la panoplia. Las paredes se entelaron, terminadas con doble vivo. Las puertas originales eran de roble americano. A la puerta del ascensor, que era metálica y muy fea, se la disimuló e integró a las del departamento enchapándola con roble americano.  El parquet es de roble de Eslavonia y la alfombra una Boukara.


 

Este antiguo gabinete de estilo flamenco con alzada, vino de una propiedad rural de la familia del dueño de casa en Hellental, Alemania, en la frontera con Bélgica. Un funcionario condecorado por alguna acción nos mira desde un viejo óleo europeo y un loro de porcelana alemana, inquieto aletea desde el pie donde está parado. Las paredes y molduras típicas francesas del hall de entrada se pintaron con cuatro colores diferentes que remiten a viejos mármoles pero sin llegar a hacerlas de falso mármol, lo que las hace mucho más ágiles.


 

El gran espejo hace las veces de ventana en un lugar donde no la hay. Lo que en plástica se llama "horadar el muro". Sobre la cómoda de época, desde un interesante bronce ecuestre, el Emperador Federico Guillermo de Prusia avanza con gesto distante, altanero, emergiendo de en medio de un "monte" de una curiosa variedad de Eucaliptus hecha por botánicos japoneses. Los floreros que lo contienen forman un par idéntico. La alfombra es una lindísima Boukara.


 

Una vista más detallada del bronce que representa al Emperador Friedrich Wilhelm von Preusen, hecho d'apres Andreas Schlueter.


 

Los cuatro colores diferentes de las paredes y molduras enmarcan al viejo óleo sobre tela con tema bélico. El sillón Biedermeier, circa 1830, también proviene de la propiedad de la familia del dueño de casa en Alemania. Luego de restaurarse, se lo retapizó con una espectacular seda natural rayada tailandesa de Jim Thompson con un interesante tramado en relieve. Las lámparas fueron hechas con dos antiguas tallas policromadas representando elefantes, que los dueños de casa compraron en uno de sus tantos viajes a la India. Las pantallas de pergamino caldean la temperatura de color de la luz, que mezclada con la de las lámparas halógenas da una coloración conveniente y un mayor confort visual a la iluminación. Tanto la seda del sillón como las tallas con las que se hicieron las lámparas, tienen los mismos colores de las paredes y molduras, pero en otros materiales y con otra distribución.


 

Atribuído al Círculo de Jacques Courtois, este "Asalto a una ciudadela" es un óleo sobre tela de 96 x 126 cm y tiene el correspondiente certificado extendido por M. Jean Dutey, "Expert des tribunaux françaises". Lució muchísimo mejor una vez que estuvo lista la nueva iluminación halógena de acentuación y tiene en él los puntos de partida para organizar cromáticamente el ambiente.

 

 

Otro ángulo del hall de entrada, donde se ve a este personaje muy europeo que parece querer conversarnos asomado desde la ventana que conforma el raro marco octogonal negro piano del cuadro.


 

En el living se eliminaron las molduras superiores para "dar aire"y alivianar. Y todo se pintó con un amarillo uniforme, hecho a partir del género de la cortina y el bandeau de seda rústica de la India y el fondo de seda de la interesante tapicería que articula el ambiente. Todos los contramarcos y zócalos se pintaron blancos, buscando marcar las aristas, lo que visualmente amplía los diferentes ambientes y los unifica a pesar de los distintos tratamientos, coloridos y acabados. El antiguo Grand Father clock inglés, circa 1800, fue puesto en diagonal buscando acompañar la posición que tenían las dos vitrinas preexistentes. Con el típico cuadro europeo con una escena doméstica del siglo XIX y la silla con tapizado a rayas, forman un grupo y le dan interés y atractivo a una de esas esquinas "tierra de nadie", que de no tener estos elementos, pasaría totalmente inadvertida.


 

La antigua santa tallada y dorada a la hoja, desde su cómodo lugar al lado de la bandeja con alcoholes variados, se ocupa con su presencia vigilante de que no se produzcan indeseables excesos etílicos. La pintura con un paisaje campestre da serenidad y distiende el ánimo.


 

Otra vista de este living con una particularidad: todos sus sillones son distintos entre sí, ninguno de todos ellos conforma un par con algún otro. El único par que se puede ver es el de sillas coloniales lusobrasileñas, que lucen el diseño y tallado de sus altísimos respaldos gracias a la claridad que entra desde afuera por la gran ventana.


 

Una vista en diagonal de este living. Los cuadros "en torre" en el angosto paño de pared entre la ventana y la vitrina en ochava. Una mesa inglesa circular con retratos, recuerdos, una antigua talla religiosa y miscelánea. Otro sillón diferente: en este caso una bergère. A la mesa baja de acrílico incoloro y cristal, se le sustituyó el estante inferior con espejo buscando neutralizar la fuerza visual del diseño de la gran alfombra Boukara que abarca casi todo el ambiente.


 

La indudable "píèce de résistance" de este urbano living, es la tapicería de lana y seda de la manufactura de Flandes, de finales del siglo XVII o principios del XVIII, que lo articula. Al sillón de tres cuerpos se le puso una funda clara que le suma luminosidad y juventud al ambiente, amén de quebrar un poco la formalidad que dan muebles tan "serios".

  

 

Una vista general del living donde claramente se nota que los cuatro sillones individuales son distintos entre sí. La eliminación de las molduras por encima de la altura del guardasillas le dio aire a la tapicería y el hecho de pintar todo con un color uniforme, la puso en valor. Antes, el fondo era amarillo oscuro y todas las molduras eran blancas, lo que confundía bastante y lo hacía pesado  al ambiente.


 

La antigua tapicería de manufactura flamenca es de fines del siglo XVII o de principios del XVIII. Representa una escena de cacería que se desarrolla en un bosque frondoso. Se ve a tres figuras atravesando un río, acompañadas por sus perros, una de ellas está soplando un cuerno de caza. Tiene una importante guarda tejida con rameados de flores y racimos de frutos. En esta casa, está siempre presente, de una u otra manera, el tema de la caza.


 

Sobre el paño más ancho de pared, entre la vitrina en ochava de la derecha y la arcada que da al hall de entrada, un magnífico cuadro holandés pintado por Herrmans, al óleo sobre tela, en el año 1671.  El marco lustrado negro piano, con interna dorada a la hoja, evoca a los típicos marcos de los Países Bajos. 


 

El antiguo óleo sobre tela, un paisaje de la costa holandesa con figuras, está firmado W. Herrmans y fechado 1671, abajo al centro. El marco que se le hizo acentúa más aún, si cabe, el clima holandés.


 

El comedor, que tenía una oscura y triste pintura rayé imitando boiserie hecha en la década del 60. Se lo enteló con Toile de Jouy de lino con estampado azul sobre fondo blanco. En el motivo se ve a conquistadores europeos llegando a América e intercambiando bienes y mercancías con los aborígenes. A la araña holandesa de época se la deselectrificó y se le pusieron velas naturales de un espesor, proporción y colorido determinados. Nótense las aberturas y zócalos pintados con esmalte brillante blanco, que aporta claridad y unidad entre los ambientes con tratamientos y acabados diversos. El centro de mesa es de plata sellada alemana. 

 

 

Viejo mueble de holandés cuya alzada tiene frente y costados con vidrio repartido. Adentro, una simpática colección de porcelanas azules y blancas de manufacturas europeas con mayoría de la de Meissen. Al fondo del mueble, que tenía un género visualmente complicado, se lo retapizó con un género azul, con una mínima trama, antimanchas, que pone en valor y destaca la colección de porcelanas. Las galletas de las sillas de comedor se tapizaron con el mismo género, belga de origen. Arriba del mueble, más cacharros azules y blancos y un viejo barco a vela que como el género de las paredes,  recuerda la época de la conquista y la llegada a América de los antepasados del dueño de casa. El reloj, de porcelana blanca con marco en forma de rayos de sol dorados a la hoja, da las horas de las comidas.


 

La torchiére veneciana con la figura de una negra, como lo hace la Estatua de la Libertad con su antorcha en New York, sostiene un exuberante helecho. La forma de su follaje se asimila a la de las palmeras del estampado del género. Y como dichas palmeras, aporta una atmósfera exótica y tropical, muy de las selvas del Nuevo Mundo a las que alude el género de las paredes. La estricta simetría entre las dos puertas, sugeridas por los contramarcos blancos, continúa con la que predomina en toda la casa. La puerta de la izquierda es falsa y, cuando estaba pintada como boiserie, estaba tan bien hecha, que unos ladrones que entraron una vez al departamento, se llevaron un gran chasco al intentar forzarla. La puerta de la derecha da a la cocina. Las dos puertas fueron enteladas para neutralizarlas como puertas y asimilarlas a las paredes, y poniendo muy especial énfasis en darle continuidad al motivo del género, como si pasara por atrás de los contramarcos. Las dos puertas, para que se las pueda leer como pared, también tienen zócalo blanco, que visualmente separa el género del parquet de roble y da un lugar apropiado para terminar el entelado, amén de protegerlo. El parquet fue hidrolaqueado.

 

 

Con este decorativo cuadro del comedor principal, atribuido al pintor barroco holandés del siglo XVII Melchior d'Hondecoeter, pasó algo increible: se le veían sólo cinco pájaros y, con la iluminación adecuada, le aparecieron veintidos más.


 

Otro viejo reloj de pie, probablemente nacido en la Selva Negra hace 200 años, perteneció a la casa del abuelo del dueño de casa en Alemania. Del mismo modo que en el living, la cortina y el bandeau se fusionaron e integraron visualmente a las paredes, como un modo de neutralizarlos y de quitarles protagonismo y de dárselo a otras cosas más interesantes. Y como ocurre con las puertas enteladas, también se cuidó de muy especial manera la continuidad del diseño del género, incluso entre la cortina, el bandeau y sus paredes laterales.

 

 

Afuera, planteros de diseño ultraclásico con plantas de quinotos. Sus follajes aislan de las miradas de vecinos indiscretos, evitando las deprimentes cortinas de voile, y los tonos anarajandos de sus frutos se llevan de maravillas con los azules de la Toile de Jouy, por serles complementarios.  La plata con punzones que denotan el origen alemán de los orfebres que hicieron el magnífico juego de té, refleja los tonos de las últimas horas de la tarde de Buenos Aires, muy cerca del lugar donde San Martín estableció el Cuartel del Retiro, donde adiestraría a sus bravos Granaderos a Caballo, para darles la libertad a la Argentina, Chile y Perú.

  

 

Aguamanil que sigue el contrapunto entre azules y blancos del género de Toile de Jouy de la pared y de la colección de porcelanas.


 

En el toilette se conservaron las viejas cerámicas y molduras blancas inglesas. El empapelado imitando Toile de Jouy, tiene monos y flores, aludiendo respectivamente a los gustos del dueño y de la dueña de casa. Al marco peruano tallado y dorado a la hoja se lo trajo desde otra parte de la casa. A ambos lados del espejo, artefactos de diseño propio revestidos con pergamino de cabra. Su luz se complementa con la halógena que llega desde artefactos embutidos en el cielorraso, también empapelado, como las paredes. Cortina y toalla italianas de hilo hechas al modo de las antiguas.


 

El dueño de casa, gran aficionado a la caza mayor, ni sospechó que, al entrar a este departamento por primera vez, se la encontraría a la Diana Cazadora de Rubens esperándolo como parte de la boiserie del que iba a ser su escritorio. Y Diana, como diosa de la Caza, no se hizo rogar demasiado tiempo para aceptar bajarse de la boiserie y ponerse medio exhibicionista, en pose, en el cruce del pasillo en "T".  Y el dressoir de hierro con tapa de verde mámol, con lindos candelabros de bronce de tres luces cada uno y la escultura de bronce, parecen dispuestos para rendirle culto a la Diana de Pieter Paulus. 

  

 

Otra vista del altar ceremonial para rendirle merecido culto a la diosa Diana de Rubens. Y al fondo, una espléndida cómoda secretaire austríaca del siglo XVIII, de muy buena factura, con alzada y escribanía, marqueterie y herrajes de bronce. Y como su pariente lejano del comedor, tiene arriba cacharros azules y blancos.

 

 

Un verde cálido, neutro y sedativo avanza por las paredes y por las rayas de la colcha en el dormitorio principal. Aporta la cuota de serenidad indispensable para el buen descanso. Y por contraste destaca convenientemente las maderas claras de la maciza cómoda alemana del siglo XVIII. El juego de toilette inglés de carey rubio acompaña, armonizando con los tonos de las maderas también rubias. Y la dueña de casa podrá verse en el espejo enmarcada como antes se miraron influyentes cortesanas vaya a saber de dónde. Y la luz que emitan las velas de estos apliques, de bronce pulcramente fundido y cincelado, será inevitablemente cálida.


 

La figura del Niño Jesús de Praga, puesta en valor sobre un taco entelado y ese taco a su vez montado sobre una ancha y espesa placa de acrílico incoloro que parece cristal de roca. La cama tiene su respaldo tapizado con un género chileno hecho a mano, con una rara técnica del siglo XVIII, sin trama ni urdimbre. Las dos medias mesas de luz, alguna vez fueron una sola.


 

La iluminación del dormitorio principal, como en toda la casa, estuvo muy cuidada. Y tiene luces puramente estéticas, por lo general puestas especialmente para cada obra de arte,  y otras exclusivamente funcionales. Entre las luces funcionales, están las que la dueña de casa, ávida lectora, puede comandar con la perilla que se ve más claramente en la foto anterior sobre el respaldo de la cama, como apoyo lumínico para cuando quiere leer de noche. Las otras luces funcionales, permiten ver los colores de cada cosa que uno se pondrá en el momento de vestirse.


 

Otro ángulo del dormitorio principal. Los sillones franceses, de muy buena calidad, son diferentes pero fueron tapizados con un género unificador.  La litografía, muy rara, es de Renoir.

Se le hizo un prolijo trabajo de restauración, reenmarcado e iluminación, por lo que quedó integralmente puesta en valor y se le aseguró una supervivencia en el tiempo por 50 ó 100 años más.


 

Sobre la mesa veneciana, antigua, estucada, policromada, pintada a mano y con tapa de espejo maravillosamente trabajado, la cercana presencia de los afectos. El cuadro de la derecha es una imagen de la propiedad en Alemania. El género de la cortina, como todos los del dormitorio, es  de origen natural y  se repite en el cubre sommier. 


 

Una vista más cercana de la muy linda mesa baja veneciana, que estaba en el living al momento de empezar los trabajos de redecoración e iluminación de la casa. El par de sillas holandesas se retapizó con un género italiano a rayas, que resalta por contraste el buen trabajo de marqueterie con motivos florales de los respaldos.


 

En el pasillo, antepasados del dueño de casa, desde una serie de antiguos grabados con sus retratos, vigilan que los abrigos de los huéspedes e invitados queden bien colgados en las perchas hechas a tal efecto con pomos de bronce de diseño propio. 

 

 

El cuarto de vestir tiene un clima masculino y no por eso es frío o no acogedor.Todo lo contrario: la gama de colores es predominantemente cálida. Puede usarse también como cuarto de TV o de huéspedes, con capacidad para "dos nietos cómodos". La doble fila de almohadones cuadrados hace que el lit de repos sea utilizable como un cómodo sillón. El género es inglés.


 

Más presencias familiares en esta composición hecha con sombreros, galera y rancho colgados a distintas alturas. En el sillón inglés de dos cuerpos, tapizado con cuero negro, los almohadones están hechos con partes elegidas especialmente del género inglés de la cortina y el bandeau.

 

 

En primer plano, dos cuadros hechos con antiguos catálogos de venta de zapatos que se usaban con algunos de los sombreros de la composición de la foto anterior. Los marcos se hicieron con pino Thea a propósito, como para hacerlos más creíbles, como de época. Kilim turco con los colores del género de la cama, de la cortina y de la pintura, que es un brick intenso mate. Como en toda la casa, las aberturas, carpinterías, contramarcos y zócalos están pintados con esmalte sintético brillante blanco.


 

La lit de repos está metida casi del todo en el nicho que conforman los placares de los lados y de arriba. Tres muy coloridos grabados antiguos con temas militares, de una serie de seis, cuelga a cada costado de la cama. Al fondo del nicho un importante grabado antiguo con tema de un bosque y marco enchapado en raíz.

 

 

Todas las puertas de los placares de la línea de enfrente de la cama se revistieron con espejo, con lo que se consiguió dar una sensación de mucho mayor amplitud. Los tiradores de los placares son esféricos y rematan en esferas de acrílico incoloro.


 

Un placard de ropa blanca que venía "de fábrica" con la casa fue cambiado de pared a fin de poder disfrutar de frente a la importante cómoda-secretaire austríaca con alzada, del siglo XVIII, al llegar a esta especie de segundo hall interior.  Como en el comedor, dos floreros azules y blancos acentúan el clima europeizante en la parte superior del mueble y lo estilizan.


 

El escritorio tiene una atmósfera cálida, alegre y muchísima vida. Está poblado de recuerdos, evocaciones, de regalos recibidos   por los dueños de casa, etc.  La cortina y el bandeau están hechos con un género español con diseños arquitectónicos. Hay dos sillones de uno y otro lado del escritorio. Se los unificó con el mismo género al tapizarlos. Al lado de la puerta de acceso, hay un lit de repos y un sillón, ambos tapizados con un género inglés del tipo del corderoy de un color azul muy especial. El plano horizontal del cielorraso y toda la banda vertical de los costados, fue empapelado con un papel a rayas con colores tomados del género  español con motivos arquitectónicos de la cortina y el bandeau. El papel es un factor unificador de los distintos elementos de la boiserie, de la biblioteca y de los cuadros y recuerdos que las pueblan. El sentido de la direccionalidad de las rayas se ubicó de manera tal de que agrandara visualmente el ambiente. El empapelado arrranca desde el remate superior de la boiserie y es notable como alegra el ambiente y el efecto general del lugar. 

    

 

Un plano más cercano del escritorio donde se ve también la boiserie y parte de la biblioteca poblada de recuerdos y reminiscencias. La familia usa el escritorio intensamente desde que los cambios y la redistribución de elementos lo hicieron mucho más atractivo, acogedor y confortable. Hasta la acústica cambió en forma muy sensible al mejorar la parte textil.


 

En el lugar donde estaba empotrado el cuadro con la Diana Cazadora de Rubens, se hizo este colorido collage mural con fotos de los dueños de casa, de su familia, de sus caballos preferidos, de las espectaculares rosas que cultiva la dueña de casa, etc., etc.


 

Se hizo una colocación de estos retratos de antepasados del dueño de casa y de los cuadros de la línea superior siguiendo la mandante simetría que daba el diseño de los paneles de la boiserie. Un trofeo de caza liga el conjunto. Como nota descontracturante, el cornetín que se colgó en la cornamenta. Abajo, el lit de repos, con dos filas de almohadones grandes, que lo hacen anatómicamente confortable como sillón. Los almohadones chicos están hechos con partes especialmente elegidas del género español de la cortina y el bandeau y los remata un marabú multicolor hecho con los colores del género. Arriba de la puerta se colgaron sables y espadas que entraban en el panel chico que remata. 


 

Otro ángulo del escritorio, con más detalles. La perilla del respaldo de la cama prende una luz de lectura que le llega desde el techo al ocasional huésped si quiere leer antes de dormirse.


 

Y nos vamos del escritorio con esta última toma.


 

Los retratos de los padres de la dueña de casa son una buena excusa para tener a la luz que los ilumina como luz de circulación para huéspedes durante las horas de la noche. Si bien las lámparas halógenas con que está hecha la iluminación permiten un ahorro en el consumo de energía eléctrica de un 66% y elevar el flujo lumínico, amén de alargar la vida útil promedio en relación a las tradicionales lámparas incandescentes, estas "hipótesis de mínima" lumínicas traen aparejado un todavía mayor ahorro energético.

 

Fotos Diego Gaona

 

 

 

TRABAJANDO CODO A CODO

CON LA MAESTRÍA DE PANCHO

 

 

 

Departamento del Sr. Francisco "Pancho" Murature, Buenos Aires. Trabajé mucho en él y aprendí mucho con su talentoso dueño, un verdadero maestro del efecto visual. Se lució en la dirección artística de varias películas de la época de oro del cine argentino.

Foto Oscar Burriel

 

 

 

 

                          CALIDEZ Y VIDA FAMILIAR,

 JUNTAS POR LA RECOLETA

 

 

 

Los elementos protagónicos del palier principal son su color "sang de boeuf" y este antiguo espejo con marco dorado que, debidamente iluminado, contribuye a darle atmósfera.


 

Una vez adentro, uno se topa con este retrato de las tres hijas de los dueños de casa hecho por Majo Okner. El marco de lino crudo con una moldura interna dorada subraya la suavidad del retrato. La cómoda y los objetos de cerámica contribuyen a ponerlo en valor. La discreta iluminación que se le puso al cuadro, alcanza y sobra para transitar por la zona.  


 

Ya en el living, se puede ver este cuadro del francés Joseph Bail, 1862-1921, "enmarcado" por la mesa con la lámpara hecha con un potiche "sang de boeuf" y las rosas de la derecha, que hacen tensiones con el brillante color de la chaquetilla del chico del cuadro.

  

 

La obra de Bail tomada más de cerca. La imagen tiene un gran valor de atracción debido a la combinación de colores utilizados por el autor al pintarla.


 

El pequeño pasillo que comunica el living y el escritorio y, al fondo, la biblioteca. Sobre la izquierda, un típico barómetro inglés del tipo banjo.


 

El pequeño pasillo que comunica el living con el escritorio tiene un arreglo que lo hace visualmente agradable y le da buena imagen hacia ambos ambientes. La única iluminación de esta zona es la específica del buen cuadro inglés antiguo, colgado justo arriba de la mesa escritorio con adornos.Todo remata con una linda alfombra antigua hecha a mano de tonos coherentes con la del living y la del escritorio.


 

Un típico cuadro del inglés John Frederick Herring Senior, 1795-1865, con una imagen muy descriptiva: un primero, segundo y tercer planos de granja y, al fondo una escena previa a la partida para una cacería del zorro, con las consabidas jaurías de Fox Hounds.


 

Una vista panorámica de la colgada de cuadros que se armó en la pared del escritorio que contiene a la chimenea. Como centro, se puso al cuadro de Herring Sr. que muestra la imagen anterior y a su alrededor se organizan imágenes de épocas, temáticas, tamaños, enmarcamientos y tratamientos diversos. Y todos conviven en armonía.


 

Este encantador cuadro en el que se ve una plácida escena del campo argentino del siglo XIX, fue pintado por el gran Prilidiano Pueyrredón, 1823-1870. Tiene detalles de gran calidad y sutilezas sólo esperables de un pintor de la talla de Pueyrredón.


 

A la derecha del paño de la chimenea y a la izquierda del sillón, y con una lámpara de pie Giacometti, está esta mesa baja luso brasileña con lindas piezas de platería criolla y europea: un bowl  con su plato, para las flores, el loro, mates y cocobolos varios. 


 

La pared de atrás del sillón, se armó con el retrato al óleo de un solemne personaje con pelo muy blanco, acompañado por dibujos y litografías de neto corte iconográfico, en las que pueden verse escenas costumbristas de la época de la colonia, trajes típicos, etc. De nuevo se generan tensiones entre los colores del retrato al óleo, el sillón, la alfombra y los objetos y encuadernaciones de la bibioteca.


 

La biblioteca está pintada con esmalte brillante blanco y su "no color" pone en valor las calidades y colores propios de la gran variedad de libros, objetos y recuerdos de todo tipo que contiene. El lindo mix de libros con lindas encuadernaciones, los portarretratos de formatos, tamaños y materiales diferentes, alguna acuarela antigua, los objetos y miscelánea, figuras de Staffordshire y de Bewick con figuras de animales, le dan mucha vida, alegría y muy buena onda a la biblioteca. 


 

La mesa baja, con tapa superior y un estante, es absolutamente despojada de línea y fue hecha especialmente, a medida, sobre diseño, con vidrio pegado, así que no tiene nada metálico a la vista. La transparencia del vidrio permite ver los motivos de la alfombra con colores afines al sillón Chesterfield. Por todos lados, la constante aparición de cocobolos con plata, de la magnífica colección del padre de la dueña de casa.


 

Rincón detrás del escritorio del dueño de casa, en el que se ven el costado derecho de la biblioteca y los cuadros que se colgaron debajo del cajón del taparrollo, con el sistema que se usó en toda la recepción: perfiles "J" de aluminio, ganchos y tanza de pescar incolora de mucha resistencia. El sistema descripto permite cambiar los cuadros de posición todas las veces que se necesite, sin afectar las paredes ni sus acabados en lo más mínimo.


 

Una vista panorámica del living, donde al núcleo de conversación lo conforman los dos sofás de tres cuerpos y dos sillones franceses individuales Luis XV, vinculados a su vez por la gran mesa baja de bronce y vitrea ahumada con colecciones varias, la redonda del ángulo, muy poblada por portarretratos con fotos familiares y la francesa chica con tapa de mármol que está entre el sofá de la derecha y el sillón individual francés izquierdo, más una oval, también francesa, que sirve de apoyo a un plantero antiguo de porcelana. Entre las obras de arte, el papel protagónicolo lo tienen el gran óleo con tema marítimo y el otro gran cuadro con un típico retrato femenimo francés.

 

 

 

PALERMO CHICO: HETEROGÉNEA COLGADA DE CUADROS Y

UNA RARA COLECCIÓN DE 270 MIELERAS DE CERÁMICA 

 

     

 

Una acuarela de Jorge Larco, tres grabados de descripción científica de distintas variedades de narcisos con passe-partouts franceses hechos a mano, un óleo de Camy con su marco Luis XIV y dos motivos florales japoneses también pintados a mano. El detalle importante: la mezcla en el ambiente de la moderna iluminación halógena para poner en valor las obras de arte con la tradicional iluminación incandescente proveniente de las clásicas lámparas con pantallas de pergamino. Es precisamente esa mezcla lo que hará que el efecto general no quede frío.


 

Dos litografías del famoso naturalista norteamericano John James Audubon (1785-1851), uno con el pavo salvaje macho de América del Norte y el otro con el flamenco rosado de todo nuestro continente. Las dos enmarcadas del mismo modo, con molduras doradas a la hoja, al agua, bruñidas, desgastadas y patinadas, vidrios negros y anchos filetes de oro, también a la hoja. En las paredes, papel Sanderson con hojas y pimpollos cerrados de Rhododendros cada tanto, sobre fondo negro.


En el paño de pared que contiene a la chimenea, una heterogénea colgada de cuadros combinando diferentes temas, medios, técnicas, tamaños, marcos, épocas, etc. Se completa con el gran ramo de rosas de la izquierda y la escultura de la derecha.

Desde el comedor, a través de la arcada, se ve la composición de cuadros hecha en la pared principal del living. Todo tiene una excelente definición de imagen y se han logrado niveles muy aceptables de confort visual medio.Los colores, las formas, calidades y texturas, los brillos y detalles, tanto de los cuadros como los de las mieleras que integran esta curiosa colección, se pueden ver y apreciar al máximo de sus posibilidades en tanto y en cuanto exista el imprescindible apoyo que da la moderna iluminación halógena. Ver para creer. El día y la noche: vale la pena experimentar el antes y el después.

Otro ángulo de lo mismo. La iluminación con spots con lámparas AR-70, con reflector metálico y bulbo apantallado sumada a los colores casi complementarios del plumaje del flamenco y de los Rhododendros con los verdes de las hojas del papel, le otorgan una vibración muy especial al conjunto. Las dos grandes bizcocheras con forma de colmenas complementan a la atractiva colección de 270 viejas mieleras de cerámica, porcelana, cristal, etc., que, por encargo de su dueña formé en un tiempo record de 2 a 3 años.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El "no color" del blanco semimate de las carpinterías y del negro mate del fondo del papel actúa por contraste y oposición, subrayando las distintas gamas de colores, tanto del papel como de las litografías de Audubon, como también de las de la variada colección de mieleras y dándoles atractivo y brillo adicionales.

Fotos Diego Gaona

 

 

 

NOCHEBUENA ÍNTIMA EN LA TERRAZA

DE UN VIEJO P.H. AGGIORNADO, EN BALVANERA

 

 

 

Un antiguo y cómodo PH en el porteño barrio de Balvanera. La casa está dividida en dos: la de la vecina de abajo - planta baja - y ésta, la de arriba - primer piso y la gran terraza. La escalera de acceso es de mármol de Carrara, los techos son altísimos, ya que se eliminaron los primitivos cielorrasos de yeso y se dejaron las bovedillas a la vista. Un verdadero lujo los metros cúbicos, mucho más que los cuadrados. El comedor, el pasillo y la cocina se vinculan con el patio-jardín de la planta baja a través de un aire y luz. Los dueños de casa tienen sólo dos hijos. Se buscó remarcar la influencia italianizante de la construcción y los cielorrasos se pintaros blancos, los dormitorios cada uno de un color diferente, la recepción en un amarillo muy levemente rojizo, el aire y luz y todas las paredes exteriores, las paredes de la cocina y del comedor diario, de color terracota. Todos los hierros son negros y las molduras perimetrales de las ventanas, se pintaron blancas. En el primer piso están el dormitorio principal con su baño en suite y el del hijo menor, el living, un entrepiso que balconea sobre el living, al que se accede desde el comedor por una escalera de hierro y madera, un pasillo, un segundo baño que oficia también como toilette, el comedor diario y la cocina y, finalmente, la escalera que lleva a la gran terraza, donde hay otro dormitorio y un office y lavadero, una parrilla y una pérgola donde refugiarse de los rayos del sol. La terraza tiene muchísimo clima y está llena de macetas con plantas y muebles como de un confortable living al aire libre. La iluminación juega un importante papel y es también dadora de climas para los ya famosos asados con que agasajan a sus parientes y amigos los afortunados dueños de esta casa a la que le han puesto el sello de su propia calidez.

 

Luna llena, temperatura ideal y las ganas de los dueños de este P.H. de reunir a parte de su familia en Nochebuena, para todos juntos recibir la Navidad. Lo único que denota el clima navideño de esta lindísima terraza es la guirnalda de pequeñas luces blancas, puestas en la pérgola de caño negro con techo de cañas.  

 

 

A cada paso el sello de la calidez de la dueña de casa. La luz del flash rompe el interesante clima dado con faroles con velas, velas y con la iluminación incandescente regulada.  


 

Las lindísimas plantas contribuyen a hacerla bien acogedora a esta magnífica terraza y la iluminación específica las pone en valor, destacando las cualidades propias de cada variedad y especie.Y la iluminación sus colores y propiedades pueden disfrutarse en horas en las que no hay luz natural.


 

La vista de la terraza tal como se la ve desde la ventana del cuarto del hijo mayor de los dueños de casa. Este dormitorio tiene también su propio baño en suite. 


 

El comedor visto desde afuera, a través de su ventana, desde el enorme ventanal del pasillo que vincula la recepción con el toilette, el comedor diario y la cocina. Nótense la pared de color terracota, la moldura perimetral blanca y la reja negra. La iluminación halógena interior resalta las obras de arte de las paredes y las pone en valor.


 

El pasillo que une el living y el comedor con el comedor diario y la cocina. Sobre la izquierda, el gran ventanal que sa sobre el aire y luz, y, sobre la derecha, el toilette. El piso es de cerámica colorada encerada y el mueble de alzada guarda todo tipo de cosas útiles en la cocina y oficia de división virtual con el comedor diario.


 

El dueño de casa es uno de varios herederos de una de las colecciones de esculturas más importantes del país. En este caso, una linda cabeza de mujer fundida en bronce, con el procedimiento de la cera perdida y con una fina pátina oscura. Y otro de los tantos faroles que reparte por la casa su cálida dueña.


El comedor diario es el lugar en el que los miembros de la familia toman sus desayunos antes de partir a trabajar y a estudiar, es el lugar para algún té de la dueña de casa a solas con alguna amiga, o tés de los chicos con amigos a la vuelta del colegio y de almuerzos y comidas en familia.  Se siguió con la tónica usada en toda la casa, de no mezclar demasiados materiales ni colores diferentes.  

 

Los dos rinconeros fueron diseñados y hechos a medida con madera de Pino Thea rescatada de demoliciones y reciclada. Son muy cabedores, aprovechan un espacio que si no estaría desperdiciado, suman una nota de calidez y lo hacen más amable al ambiente al "redondear" sus ángulos rectos. La mesa es de pino y las sillas, también de pino, tienen los asientos de junco. A la mesa se la pintó de blanco. La única iluminación de este ambiente está dada por el antiguo farol de calle que cuelga sobre el centro de la mesa. Es más que suficiente esa luz para ese ambiente por el tamaño chico y por el cielorraso no alto , como en el resto de la casa.


 

A las paredes, blancas, se les puso machimbre de madera y se lo pintó también blanco brillante, como la mesa, para hacerlo más lavable. Desde la parte superior del machimbre y hasta el ángulo de la pared con el cielorraso, se les pintaron a las paredes rayas anchas de color terracota. El ventilete da sobre la medianera, aporta buena ventilación y por sus dimensiones, no permite el paso de algún visitante inesperado. El pequeño cuadro que se le colgó abajo distrae la atención de la percepción del ventilete.


 

Un rincón de la cocina, que tiene doble altura y una losa que balconea sobre la parte específica de trabajo. Dos pescados tallados en madera con iluminación halógena de acentuación. Una vieja cuchara de madera hace las veces de toallero o soporte para colgar repasadores. La mesada de trabajo, las alacenas y la heladera están sobre la derecha.  Sobre la izquierda, una mesa de trabajo, el microondas, la ventana y la puerta que da a la escalera que lleva a la amplia y cálida terraza del segundo piso. Las paredes son de color terracota, la cerámica y las aberturas, blancas. Los hierros de la reja y de la baranda que bordea la losa, son negros.

 

 

 

 

MESA EN HOMENAJE A STANLEY KUBRICK

PARA “UNA NOCHE ESPECIAL”  

 

 

 

Dos veces intervine en “Una Noche Especial”, las exitosas comidas que, para recaudar fondos, organizaba la Fundación del Teatro San Martín, todos los años en el comedor de la Sociedad Rural Argentina, en Palermo, en el Plaza Hotel, etc.  

Artistas, diseñadores, decoradores y arquitectos arreglábamos las mesas con un tema o premisa dados.

La primera vez que, invitado por Tita Tamames, hiperactiva presidenta de la Fundación, participé, el leitmotiv era la ópera y llamé a mi mesa “Calas para la Callas”.

La segunda vez que participé en “Una Noche Especial”, fue en la edición de 1997, y titulé a mi mesa “2001 Odisea del Espacio – Homenaje a Stanley Kubrick”.

Dominaban la escena la blanquísima luna y un centro de mesa de fibra óptica bien kitsch, cuyos colores, al ir cambiando, aportaban su cuota de dinamismo.

La luna, esférica, corpórea, blanquísima, con cráteres y todo, parecía de mármol blanco y giraba sobre su eje, a unos 80 cm de la tapa de la mesa como para no entorpecer la conversación entre los comensales, en medio de una penumbra especialmente fabricada para resaltar el efecto que producía al reflejar la luz “solar” en el oscuro espacio “sideral” y el de los mutantes colores de las puntas del centro de mesa de fibra óptica.

Por cómo estaba iluminada esa luna, con un spot de haz muy puntual, escondido a gran distancia, parecía emitir la luz, más que reflejarla. A su alrededor, “giraban” tres pequeñas  naves espaciales.

El mantel, que era totalmente negro y largo hasta el piso, estaba íntegramente tachonado de estrellas plateadas de no más de un centímetro de diámetro, levemente corpóreas y también reflejaban la luz que parecía emitir la luna.

En unos adminículos plásticos de raro diseño - en realidad eran para cocer huevos en microondas – que simulaban vajilla para comer dentro de la ingravidez de una nave espacial, había sólo píldoras, cápsulas y grageas de formatos, tamaños y colores diversos, como si fueran el entendible menú de los astronautas estando en el espacio. Toda la “vajilla”, tenía el logotipo de la NASA. Los comensales reales comían “a la luz de la luna”, sobre unos individuales circulares, de un celuloide muy particular, que daba un aspecto muy tecnológico y que, en combinación con la luna y el centro de fibra óptica producían raros efectos visuales. Los sillones, de línea vanguardista, tenían luces coloradas que prendían y apagaban en sus apoyabrazos. Para los imaginados tripulantes, no había cubiertos: no les harían falta para comer ese menú tan químico.