...DE OBRAS DE ARTE

 

LA PÁGINA WEB DE PEDRO BALIÑA

 

 

IMÁGENES  II

 

 

 

 EN PALERMO CHICO,
VIVIR COLECCIONANDO.


 

Este atildado militar inglés de alto rango, recibe en el hall de entrada al que llega por el palier principal desde adentro del marco que lo contiene, como si estuviera asomando por una ventana.



Este trío de buenas pinturas completa la recepción a quien llega. El retrato del centro, es una obra del excelente pintor argentino Emilio Centurión, que vivió entre 1894 y 1970.


 

Dos buenas obras de Escuela Argentina de siglo XIX colgadas "en torre" y abajo una mesita rognon con un par de lindas figuras antiguas de la inglesa manufactura de Staffordshire y algunos etcéteras menores.


 

Una vista del "cuarto de las copas", donde pueden verse los trofeos ganados por los animales de las razas Aberdeen Angus y Hereford criados por la familia de los dueños de casa  Hay varias copas de la Belle Époque, por lo general inglesas y francesas, de tamaños y con un nivel de artesanía sorprendentes. Los animales criados por las cabañas de la familia ganaron muchos grandes campeonatos en las exposiciones de la Sociedad Rural Argentina, en Palermo.



El bronce del toro que articula este grupo, es un trofeo más, obtenido por los animales de pedigree criados por la familia, lo que habla del nivel de muchos de los trofeos obtenidos.

 

Una de las increibles copas ganadas por los animales criados por la famila en sus cabañas. Mide casi 80 centímetros de altura.


 

Una vista de una de las dos líneas de muebles de piso a techo que  guardan las imponentes copas ganadas por los premiados animales de la familia.


 

Una vista del mueble de la línea de enfrente, también totalmente lleno de copas y trofeos. Años y años de trabajo y de mejoramiento genético reconocidos en esos estantes.


 

Otras de las magníficas copas ganadas. Algunas tienen un nivel de ornamentación y de artesanía sorprendentes. La grande del medio, es de plata sellada y tiene base de mármol. Las más chicas de los costados, son de plata vermeil, bañadas en oro.


 

Una composición armada con punto de partida en el importante y enorme cuadro con el tema de un hombre cazando con su hijo y un petiso tordillo en los Highlands escoceses. Abajo, una mesa baja de laca negra con la variada y atractiva colección de marfiles, colmillos grabados y artesanías hechas con huevos de avestruz, todas hermanadas por el color marfil.


 

Una toma más cercana de la sugerente colección de marfiles, colmillos tallados y grabados a la que reuní y puse en valor justo enfrente a la colección de palustres conmemorativos victorianos de plata y marfil. El negro de la mesa, por contraste destaca las formas de los marfiles y colmillos. Años de husmear en anticuarios y casas de remate resumidos ahí.


 

Esta mesa negra laqueada está ubicada justo frente a la otra con los marfiles, pero del lado opuesto. Se ve en ella a la atractiva colección de palustres victorianos. Estos palustres conmemorativos, especie de cucharas de albañil hechas en plata y marfil tallado, eran usados en el mundo sajón desde antes del período victoriano por personajes importantes - reyes, príncipes, dignatarios anglicanos, duques, primeros ministros, alcaldes, etc. - para poner la primera cucharada de mezcla en los actos de colocación de piedras fundamentales. Por lo general, tienen grabado quién los usó, para qué edificio, colegio, iglesia, en qué fecha. Las partes de plata tienen sus punzones, que delatan qué orfebre los hizo, en qué lugar y en qué año. Y  los mangos de marfil están magistralmente tallados. La lámpara fue hecha con una enorme copa de plata también ganada por los animales criados en las cabañas de la familia. Sugerí la idea y los dueños de casa la aceptaron de buena gana.


 

Una parte de la muy interesante colección de palustres conmemorativos victorianos, que empezó el dueño de casa y que contribuí a acrecentar bastante.



Esta mesa baja con laca color hueso y tapa de espejo con borde negro y filete de oro a la hoja, de algún modo liga, vincula a las dos mesas negras con las colecciones de palustres victorianos y de marfiles y colmillos. Y todo tiene los mismos colores, en cantidades diferentes y distribuidos de distinta manera. La linda alfombra antigua nuclea todo este sector del living. El bowl de plata es también un trofeo ganado por los animales criados por la familia.


 

El bronce con el busto de una chica parece supervisar a un grupo de objetos también coleccionados a lo largo de los años. Se destacan varios antiguos relojes de bolsillo. Hay también piedras duras, perfumeros, rapeteras, unos espolines, medallas y miscelánea, todo con un lindísimo poncho altoperuano muy viejo.


 

Otro enfoque del mismo grupo anterior. Tras cada objeto, un recuerdo, una evocación y la satisfacción del coleccionista por sus hallazgos.


 

Otra vista de este living con colecciones tan personales.


 

Una vista "aérea" de la mesa baja de acrílico transparente y cristal. Y en ella más objetos coleccionados a lo largo de los años. Se destacan una colección de abrecartas de marfil y de marfil y plata y la de cajas de plata.


 

Un Frank Sinatra todavía joven, nos sonríe desde la tapa de un libro que esta sobre la mesa baja. Ubicada justo enfrente a la chimenea, entre dos sillones de tres cuerpos y dos de uno, es el centro del grupo de conversación y, como el fogón en el campo, congrega a su alrededor e invita al intercambio de historias. Otra pequeña colección más, esta vez de petacas de plata, asoma en el ángulo izquierdo del estante de abajo.


 

Otra toma del mismo living, desde otro ángulo. Tanto el florero con los nardos como la lámpara que se adivina bajo la pantalla negra sobre el costado derecho, están hechos con trofeos de plata obtenidos por los animales criados por la familia en la Sociedad Rural Argentina.


 

El living visto desde el balcón. Al fondo, apagado, el cuarto de las copas y trofeos.


 

El ángulo del living contra el comedor y el balcón. Más cuadros de esta ecléctica colección. La lámpara, como ya vimos, está hecha con una copa ganada por los animales criados por la familia en las exposiciones de la Sociedad Rural Argentina, en Palermo.


 

El paño de pared del lado izquierdo de la chimenea. Los cuadros con temática de animales: arriba una yegua con su potrillo, abajo aves de caza en libertad. Y de nuevo sugerentes colecciones de objetos que se pueden ver por todos lados.


 

El paño de la chimenea, centro de la composición hecha con cinco cuadros. La chimenea es del mismo color de la pared. Sobre ella, pares de objetos de adorno y en el centro otro trofeo de los toros de la familia, con la figura de un toro hecho en bronce patinado y puesto sobre un plinto de base rectangular en laca negra.


 

El paño de pared a la derecha de la chimenea contiene también dos cuadros en torre: arriba, el antiguo retrato un famoso caballo de carrera inglés y abajo, aves de caza en libertad en un paisaje. Al pie, una linda mesa antigua con un bronce patinado con temática telúrica y otra colección de miscelánea.


 

Tres cuadros con temáticas, tratamiento, formatos y gamas muy diferentes, conforman un armónico conjunto en el paño sobre el lado derecho de la arcada al comedor. El grupo se completa con la figura china de un antiguo perro de cerámica que apoya sobre una pequeña mesa veneciana de bronce y espejo.


 

El balcón fue arreglado integrándolo visualmente al living y al comedor. En el sector que corresponde al living, un retrato de la dueña de casa por Alejo Vidal Quadras. Tiene de fondo un textil traído de Turquía. Sobre la mesa inglesa, un par de potiches chinos de bronce esmaltado cloisoné llenos de nardos. Y objetos varios de porcelana, cerámica, cristal y papier mache. Sobre la derecha, una figura escultórica femenina apoya sobre una base entelada hecha especialmente para ella. En el piso, alfombra de sisal de pared a pared con alfombras antiguas sueltas encima.


 

Entre el living y el comedor, y mirando a la calle, un viejo cuadro con motivo ecuestre cuelga sobre un antiguo aguayo altoperuano. Abajo, sobre una mesa vestida con textil de seda de la India y con otro aguayo antiguo, esta atractiva colección de batutas de plata y marfil, de ébano y plata, de madera, etc. y de bastones de mando. Por la ventana, se puede ver el comedor.


 

Una toma más cercana de esta curiosa colección donde no faltan los bastones de mando militares y navales y hasta atributos de poder masones.


 

En primer plano, la curiosa colección de batutas y bastones de mando del dueño de casa. Le buscamos y compramos a varias de las piezas que la integran. Atrás, un interesante textil de factura étnica hace de fondo a un importante conjunto de platería: una muy linda bandeja Georgian y tres pares diferentes de candelabros.


 

Una panorámica del comedor principal. Una vieja araña inglesa de bronce y cristal, una composición hecha con cinco cuadros con temáticas, formatos y tamaños muy diferentes. Muy buena platería inglesa antigua sobre la mesa. Una colorida alfombra persa antigua.


 

El antiguo juego de té inglés y demás piezas de plata se destacan y recortan contra el colorido cortinado de seda rayada de la India.


 

Los platos de porcelana ingleses se ven muy bien con el toque de luz halógena que se les dio desde el cielorraso. Un detalle muy importante: la iluminación nunca molesta en las caras de los comensales mientras comen. A la araña se la regula muy baja y se la deja como si estuviera prendida a gas o sebo.


 

Viendo en primer plano el comedor y, a través de la arcada que los une, el living.

 

 

Fotos Diego Gaona

 

 

 

EN LA RECOLETA, SOBRIEDAD, ARMONÍA Y SERENIDAD EN EL DEPARTAMENTO DE UN GUSTADOR DEL ARTE, DE LA MÚSICA, DE LA ALTA COCINA Y DE LA CAZA MAYOR. 

 

 

Se lo despojó al departamento de todo lo que se consideró como anécdota innecesaria, que pudiera distraer de la percepción de las numerosas obras de arte que lo pueblan, buscando convertirlo en una mera caja contenedora, donde todo contribuyera a que a esas obras se las pudiera disfrutar al máximo de sus posibilidades visuales y sin interferencias.

A la buena base de colecciones que tenía el dueño de casa, se la aumentó con interesantes incorporaciones buscadas por los remates, galerías y anticuarios de Buenos Aires.

Se pintó toda la recepción, con la única excepción del comedor, que fue entelado, con un color gris medio cálido y se definieron las aberturas y aristas pintando los contramarcos y zócalos de blanco. La moquette es también gris, de un color especialmente buscado para combinar con el gris de las paredes.


 

El hall de entrada oficia como distribuidor entre el living, la biblioteca, el living, la zona de los dormitorios, el toilette, el palier principal y la parte de servicio. Todas las puertas, con la única excepción de la entrada principal blanca, se pintaron del color de las paredes. Los contramarcos, también son blancos. Se conservaron el piso de mármol blanco con un pequeño detalle negro cada tanto y los zócalos también de mármol blanco. En la pared, dos desnudos femeninos de Rómulo Sidañez y Remo Bianchedi.


 

En otra de las paredes del hall de entrada, atractiva dupla formada por un óleo de Alejandro Christophersen y un collage de Kenneth Kemble con un muy raro marco 'cajita' dorado a la hoja y con doble vidrio.


 

Una importante maternidad fundida en bronce con la técnica de la cera perdida y patinada, sobre una base especialmente hecha y entelada, ocupa un rincón del hall de entrada entre el living y la biblioteca.


 

Parte del living visto desde el mismo lugar.


 

Una vista de parte de la biblioteca, el lugar de la casa donde su dueño lee y escucha la música clásica de sus compositores preferidos.


 

El dueño de casa, exigente gourmet y consumado cocinero, tiene una muy completa biblioteca gastronómica. Estos pequeños cuadros que cuelgan del frente de la biblioteca muestran naturalezas muertas que incluyen langostinos. El de arriba es antiguo y el de abajo fue pintado por Fausto Eliseo Coppini.


 

En los estantes de la biblioteca, grabados de Rosa Bonheur con temas de ciervos con marcos italianos de raíz.

 

 

Otró ángulo del mismo ambiente. Y siempre el arte por doquier.


 

En este comodísimo sillón Luis XV, que perteneció a una de las glorias de la historia del Polo argentino, disfruta el dueño de casa leyendo a sus autores preferidos con fondo de los grandes clásicos de la música. En la pared, un bucólico paisaje de Miguel Diomede y otro de Alfredo Lazzari, que fuera el maestro de Benito Quinquela Martín.


 

Un desnudo femenino de Eduardo Schiaffino y cuatro retratos de Julio Lavallén rodean a un magnífico óleo que pintó ese gran colorista que fue  Raúl Russo y al que tituló 'Puerto gris'. Las lámparas fueron armadas con dos antiguos recipientes ingleses de cerámica. Las pantallas, negras por fuera y blancas por dentro, no dejan ver la luz a través. Las mesas de los costados del sillón, hechas a medida y vestidas con seda rústica de la India con colores terrosos, esconden los grandes parlantes del sistema de audio.


 

El tema de la mujer, una constante: bajo un dibujo en carbonilla de Lino Enea Spilimbergo, un lindísimo bronce de Troiano Troiani.


 

Una vista más en detalle de esta interesante obra de Troiani. Es notable cómo se la puede ir girando y todos sus ángulos siguen siempre siendo atractivos.


 

La ubicación del escritorio le permite al dueño de casa trabajar cómodamente sentado, viendo toda la recepción, con excelente luz natural y escuchando su música preferida. El género de las cortinas de la biblioteca y el living es el mismo, y da un tono muy apropiado para el color de las paredes y de la moquette de toda la recepción.


 

Un gran paisaje de Luis Isabelino Aquino aporta una cuota de serenidad a la zona del escritorio. Sobre la derecha de la imagen, dos de los dibujos con desnudos femeninos que enmarcan a la chimenea.


 

Sobre el escritorio, una sobria lámpara inglesa de plata y carey.



 

Una panorámica de la pared de la chimenea desde el lugar del escritorio. Los sillones cubo de dos y tres cuerpos fueron hechos especialmente, a medida para el ambiente y para sus paños de pared.

 

 

Cuatro desnudos femeninos de de la Cárcova, Silva, etc., escoltan a un colorido óleo de Augusto Marteau que muestra la gran feria municipal que había antiguamente en Retiro, justo atrás de la Torre de los Ingleses.


 

Tres pequeñas esculturas, también con motivos de figuras femeninas, sobre la chimenea de mármol blanco y frente al gran cuadro de Augusto Marteau.


 

Un delicioso bronce de Troiano Troiani muestra a una niña concentrada leyendo con un libro. La base fue hecha con pórfido de la Patagonia.


 

Bonito bronce representando a una aldeana holandesa con su atuendo típico y los clásicos zuecos.


 

Una plástica maternidad bajo la firma del gran cuadro de Marteau.


 

Frente a la chimenea y entre la arcada que da a la entrada y a la que comunica con la biblioteca, un conjunto de once paisajes de varios autores, entre los que se encuentran Carlos de la Torre, Koek Koek, Jacques Witjens Stephen, Fray Guillermo Butler, Ramón Silva, etc. Y, abajo de los paisajes, el ergonómico y sobrio sillón cubo de tres cuerpos.


 

Un paisaje del francés Felix Raoul Etéve, otro de un inglés del siglo XIX, una encantadora acuarela de Emilio Pettoruti y un paisaje fluvial al óleo firmado por Fausto Eliseo Coppini. Una pequeña escultura con motivo de desnudo femenino y un par de antiguos vasos persas de faïence, sobre una grácil mesa campagnard francesa de época.


 

Una toma más cercana del mismo grupo.


 

Un rincón con obras de muy diferentes procedencias: un óleo de indudable origen hispánico con la imagen de un santo, una escena portuaria con pescadores francesa, un óleo holandés y un pequeño paisaje de un gran pintor argentino, Martín Malharro. Una estética cabeza de bronce hecha por la argentina Helena Udaondo de Pereyra Iraola, titulada "Mima" y fechada 1934, que fue presentada en el Salón Nacional de Artes Plásticas de 1935. Las bochas de madera y marfil, son de un juego escocés.


 

La maternidad del hall de entrada vista desde el living. Atrás, las obras de Sidáñez y Bianchedi.


 

La mesa redonda inglesa guarda recuerdos, medallas, fotos de familia y dos lindos bronces, uno de dos Whippets del animalier francés Pierre-Jules Mene y otro, una potente cabeza de caballo, de factura muy clásica, firmada por Troiano Troiani. La lámpara, inglesa, de plata y carey, hace par con la del escritorio.


 

Parte de la interesante colección de bronces de escultores rioplatenses del dueño de casa. Lo integran un desnudo de Luis Perlotti, una obra de José Luis Zorrilla de San Martín, dos más de Troiano Troiani y una de Hernán Cullen Ayerza.


 

Los grabados, de descripción científica, con imágenes de diferentes variedades de hongos, son ingleses, del siglo XVIII.  Están enmarcados con vidrios negros, con filetes de oro a la hoja, hechos como se hacían las letras  de las antiguas vidrieras. Tienen una mejora sobre los marcos ingleses: una cámara de aire anti-condensación de humedad, como para que los grabados no se arruinen. Las paredes y puertas del comedor están íntegramente enteladas con un terciopelo estampado italiano de gran calidad, con un diseño muy Nouveau. Ésto mejora muy notablemente la acústica del ambiente al bajar los niveles de reverberancia. La cortina también está hecha con el mismo género y el dibujo tiene siempre continuidad. El detalle: las tapas de todos los interruptores de la luz y de los tomacorrientes, están también enteladas con el mismo género.


 

Al estar enteladas con el mismo género, tanto la puerta corrediza que da al living como la que lleva a la cocina, tienen el mismo aspecto visual que las paredes. Y sólo quedan recortadas por los contramarcos y zócalos blancos.


 

Una pared con un heterogéneo conjunto de pinturas de Alice, Lacámera, Diomede, Daneri, Bail, Silva y un antiguo pintor flamenco. A los cuadros de toda la casa, se los puede cambiar de lugar todas las veces que se quiera, sin arruinar el género del entelado o la pintura, gracias a que están colgados con tanza desde un perfil "J" especialmente colocado al efecto.


 

La araña, de bronce, y sus tulipas de cristal, son inglesas. Su luz se regula muy baja, como para que parezca prendida con fuego y la buena luz para comer la aportan los spots con modernas lámparas halógenas  de bulbo apantallado que están tomados de la losa y se los puede también regular a gusto con dimmers. Y su luz nunca da en las caras de los comensales o les incomoda en los ojos.


 

A la derecha de la puerta corrediza que comunica con el living, otro par de antiguos grabados ingleses con motivos de hongos y sobre la pared grande, un trofeo de caza.


 

El trofeo de caza, una cornamenta de ciervo colorado de 10 puntas, ha sido montada sobre una panoplia de madera lustrada y, como los cuadros, también colgada con tanza incolora para no perforar el género.


 

Los dos trofeos de caza flanquean a la composición de naturalezas muertas firmadas por Raúl Russo, Marcos Tiglio y Raquel Forner. Ya en el fondo, puede verse una acuarela de Fermín Eguía, que integra un par colocado a ambos lados de la ventana.


 

La puerta que da a la cocina, también entelada. El entelado, en sus tramos horizontales, arriba y abajo, está íntegramente terminado con un doble vivo hecho con el mismo género de las paredes y puertas. El contramarco blanco marca la ubicación de la puerta. Al fondo, asoma la otra obra de Fermín Eguía.


 

Las sillas de comedor están tapizadas con 'horse hair' negro liso, un maravilloso género totalmente artesanal hecho en Inglaterra. Se buscó un gran contraste con el diseño y colorido del género del entelado y la cortina, con el de la alfombra y con la talla y ornamentación de las sillas.


 

Una muy linda alfombra antigua, con diseño y colorido muy apropiado para combinar con los del género del entelado de paredes y puertas.


 

Un detalle del diseño y colorido del género italiano con el que se entelaron paredes y puertas. El entelado le otorga al comedor una gran calidez que invita a largas sobremesas.


 

Otra vista de la linda y colorida alfombra antigua.


 

La composición hecha con las tres naturalezas muertas de Russo, Tiglio y Forner, tomada desde otro ángulo.


 

Una de las dos acuarelas de Fermín Eguía. Sus marcos están dorados a la hoja, al agua, y el passe-partout está hecho con seda rústica de la India de un color que las pone adecuadamente en valor.


 

La vista que tienen los comensales del living desde sus lugares alrededor de la mesa del comedor.


 

Más desnudos femeninos en el pasillo que va al toilette. En este caso, un conjunto de seis dibujos de Ramón Columba.


 

El toilette fue pintado con el mismo color gris medio cálido, con el que se pintaron el palier principal, el hall de entrada, el living, la biblioteca y los pasillos que van al toilette y a los dormitorios.


 

Al entrar al toilette, uno se topa con esta composición hecha con singulares fotos alemanas de los años treinta con desnudos femeninos. Los marcos de plata cálida y los passe-partouts de Canson francés Montgolfier bicolores las destaca muy e integra como serie.